El Gobierno prevé tener listo para el verano el Plan DSEAR (Depuración, Saneamiento, Eficiencia, Ahorro y Reutilización de Aguas Residuales)

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"El aumento de la demanda de agua en sitios donde el recurso es escaso o donde hay una alta competencia por el agua crea la necesidad de utilizar las denominadas 'fuentes no convencionales' para el agua, como pozos y manantiales de bajo rendimiento, agua de lluvia, escorrentía, aguas pluviales y aguas residuales, entre otros". (UNESCO 2016).

Es una realidad, que la demanda de agua está creciendo a nivel mundial y que los recursos hídricos convencionales son limitados. El crecimiento y concentración demográfica y el cambio climático han ejercido una presión considerable sobre el suministro de agua convencional, lo que ha provocado su escasez y el deterioro de su calidad.

En mayo de 1991 la Unión Europea aprobó la Directiva 91/271/CEE sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas. A día de hoy  la Unión Europea mantiene diversos procedimientos de infracción con España por retrasos en la aplicación de esta directiva.

En este sentido, el uso de aguas residuales tratadas como fuente segura puede proporcionar importantes beneficios económicos, sociales y ambientales. Este recurso no convencional se ha convertido en una de las estrategias básicas para la gestión hídrica y un activo clave del concepto de 'Economía Circular'; no solo desde el punto de vista de la disponibilidad de agua, sino también de la recuperación de nutrientes y energía, así como de materia orgánica y otros subproductos útiles.

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Fuentes: elaboración propia, Revista iagua.es, El Economista